Karl-Otto Apel, en su obra titulada "Teoría consensual de la verdad", considera a la ciencia
como un conjunto de conocimientos previos constatados, que al ser dinámicos se
caracterizan por estar en constante
transformación, mismos que deben ser consensuados
de manera previa por una “comunidad de comunicación”, que les permite a su vez gozar de una universalidad a pesar de su
falibilidad, toda vez que no dejan de ser enunciados criticables.
Por lo tanto, la teoría de
la verdad consiste en aquella verdad que solo es en tanto y siempre la acepten como tal, todos los
miembros de una comunidad de comunicación, claro, contando con un acuerdo
previo de conocimiento pues nunca se parte de la nada para la generación del
mismo.
Entre las características que definen esta teoría se puede señalar la
necesidad de contar con una interpretación como acuerdo previo entre los
usuarios, una fundamentación en el discurso a través de la argumentación, un
lenguaje como categoría a priori, una
intersubjetividad, el consenso de una comunidad determinada de intérpretes o
hablantes, así como el universalismo de esos enunciados compartidos.
Ahora bien, Apel enfatiza
que se llega a esa verdad a través de la actividad argumentativa cuyo resultado
debe ser aceptado por un consenso previo
por parte de una comunidad de comunicación, por lo que esa verdad debe contar tanto
con un referente empírico como con uno lógico que logren en su complementaridad la afirmación
del conocimiento.
Para finalizar, no se puede
pasar por alto, la aportación que hace este filósofo alemán a la epistemología
contemporánea, toda vez que nos comparte una teoría del conocimiento desde una perspectiva antropológica que logra rebasar
la generación del conocimiento tradicional, mismo que toma en cuenta el a priori de la conciencia, superando a su vez también el a
priori cognoscitivo práctico, pues parte en esta postura epistèmica de manera trascendental del lenguaje como categoría a priori.